Cartílago: ¿Qué es y para qué sirve?

El cartílago es un tejido flexible, fuerte y resbaloso que recubre distintas articulaciones del cuerpo. De manera más detallada, el cartílago se encarga de ocupar el espacio articular entre dos piezas óseas. El cartílago se puede hallar desde la estructura de la nariz hasta en la columna vertebral.

¿De qué está compuesto el cartílago?

La estructura del cartílago está compuesta por distintas hebras de proteína llamadas colágeno. Estas hebras permiten crear una especie de malla firme, la cual se encuentra constituida, en su mayor parte, de agua. Este tipo de mallas sirven como una especie de esponja que absorbe la fuerza. Cabe destacar que el cartílago no cuenta con ningún tipo de vaso sanguíneo o nervio.

Dentro de la estructura del cartílago, además de encontrar las fibras de colágeno, también pueden encontrarse condrocitos y proteoglicanos.

Función del cartílago

Una de las principales funciones del cartílago, además de recubrir las distintas articulaciones del cuerpo, es actuar como protector (o amortiguador) entre los huesos. Al llevar a cabo este trabajo, los huesos son capaces de absorber el impacto o tensión que se aplica sobre las articulaciones durante los movimientos.

De igual modo, el cartílago permite dar soporte a algunas estructuras y órganos, de ahí que se le reconozca como un tejido flexible y conectivo.

¿El cartílago se regenera?

El cartílago no se puede regenerar. Al tratarse de un tejido que no posee vasos sanguíneos (además de nervios), las células no pueden obtener los nutrientes que se necesitan, por lo que es casi imposible que la regeneración del cartílago se lleve a cabo. De igual modo, los condrocitos que habitan en el tejido no tienen la habilidad de migrar, afectando la reparación del cartílago.

¿Por qué duele el cartílago de la oreja?

El dolor en el cartílago de la oreja se encuentra estrechamente relacionado con un padecimiento llamado condritis, el cual, a su vez, es la antesala del desarrollo de una pericondritis auricular.

La condritis se refiere a la inflamación del cartílago en cualquier región del organismo. Por su parte, la pericondritis auricular hace referencia a las lesiones en el oído provocadas por cirugías en el oído o por alguna perforación. Puede manifestarse debido a una infección externa de la oreja. Si no es tratada a tiempo, la afección puede derivar en la pérdida del cartílago auricular. Las razones más comunes de esta afección son:

  • Lesiones o contusiones en la zona auricular.
  • Perforaciones.
  • Procedimientos quirúrgicos.

Síntomas de una pericondritis auricular

Ya que se trata de una afección que prevalece en la zona auricular externa, resulta sencillo percatarse de los síntomas, esto con el fin de acudir oportunamente con un profesional. Los principales síntomas de esta afección son:

  • Absceso.
  • Dolor punzante.
  • Edema (acumulación de líquido en el tejido)
  • Enrojecimiento en la zona auricular.
  • Sensibilidad al dolor con el tacto.

¿Cómo cuidar el cartílago?

Las recomendaciones generales para mantener los cartílagos sanos y fuertes radican en tener una excelente alimentación. Además, se recomienda que haya una ingesta adecuada de vitaminas que permitan un correcto funcionamiento del organismo, principalmente de las articulaciones. Las principales vitaminas y minerales que necesita el cuerpo para cuidar el cartílago son:

  • Ácido ascórbico (Vitamina C)
  • Ácido retinoico (Vitamina A)
  • Calcio.
  • Magnesio.
  • Vitamina D.

De igual modo, conviene evitar otros factores de riesgo (aquellos que sí puedan prevenirse) que signifiquen un deterioro del cartílago, tales como:

  • Actividad física en exceso.
  • Cargar objetos pesados de manera habitual y con una postura incorrecta.
  • Estrés.
  • Obesidad.

Originaria de Venezuela, Sascha Barboza es una de las autoridades en materia de fitness como estilo de vida. Es entrenadora personal certificada por la ISSA (International Sports Sciences Association), mamá, autora de libros y tiene su propia línea de suplementos alimenticios.